martes, 27 de septiembre de 2011


La vida hay que vivirla paso a paso… Día a día..
    Los planes tienen metas fijas, pero ellas no dependen de las acciones del ser que hizo la planificación, sino de una serie de circunstancias que son muy variables e inestables.
    Por lo tanto, hay que organizar la vida, el tiempo y las acciones que se desean ejecutar a medida que vamos descubriendo el nuevo camino. Es como una travesía nocturna a través de un bosque, la vista llega hasta donde alcance la claridad de una linterna, las estrategias deben armarse sobre la marcha.
    A continuación, expongo tres ejemplos, que aunque sencillos, dejan claro, desde varios puntos de vista la idea principal del artículo.
    Para un chef, y hablo de esto porque es una de mis grandes aficiones, la vida avanza plato a plato, comensal a comensal, cada uno distinto al anterior y con una dificultad variada. Se pueden conseguir asistentes que solo desean una comida cotidiana, que no quisieron comer en casa por no preparar algo, como se pueden conseguir conocedores de la gastronomía, que exigen desde una buena preparación, con los puntos y tiempos de cocción correctos, hasta una presentación adecuada que corresponda a la tendencia de la preparación.
Por lo contrario, un bailarín, en cualquiera de los estilos, ya sea Salsa (Tradicional, Casino o Línea…), Jazz, Tango, Joropo, entre muchas otras, la vida se vive presentación a presentación, el resto de las actividades son cotidianas para este ser, su pasión está en el baile, de una forma u otra, expresa lo que siente a través del baile. Cada presentación requiere de un esfuerzo y una dedicación, que difícilmente está dispuesto a utilizar en otra actividad, así requiera una menor aplicación. Cada acto en tarima los no conocedores lo ven como igual, como cotidiano, pero sus compañeros, o cualquier otro integrante del mundo artístico sabe que no lo es. A pesar que el dominio de la escena, y del arte que va a exponer sea perfecto, no hay como la emoción y la satisfacción de ver que al final, todo salió como se había practicado tantas veces, y que hasta el último momento se estuvieron corrigiendo detalles. Por todo esto, en cada demostración, en cada baile, deben aplicar la misma energía y dedicación de la primera vez.
En el camino, nos encontramos con un piloto, de F1, NASCAR, GP2, Rally, karting, en fin, de motores. Para estos profesionales, cada carrera es una oportunidad de demostrar la capacidad que tienen, pero esto no solo se demuestra en la carrera, sino durante todo el proceso que esto conlleva. Desde las pruebas de pre temporada, hasta las calibraciones, pruebas, clasificación y desempeño de cada competencia. Es este caso, los resultados no dependen tanto de lo que haga el piloto, sino de lo mecánico en sí, el conductor puede ser muy experimentado, un as al volante, dotado con una infinidad de bondades que lo hacen el más apto para ganar la competencia, pero si no tiene buena comunicación con su equipo, no cuenta con una puesta a punto del auto, no va a lograr tener un buen puesto en ninguna de las fases. Esto nos dice, que ninguna carrera es igual que la anterior.
Con lo que les mencionado, creo que nos queda claro, que la vida se vive paso a paso, sin grandes saltos ni queriendo tomar atajos que pueden resultarnos improductivos…